El Lupus es una enfermedad del sistema inmunológico. El sistema inmunológico normalmente protege al cuerpo produciendo anticuerpos o proteínas que atacan y destruyen a los agentes extraños, como bacterias o virus. En las personas con lupus, el sistema inmunológico, debido a causas aún desconocidas, produce anticuerpos que atacan a las células sanas del cuerpo, que pueden provocar daño tisular, lesiones en órganos vitales, discapacidad o muerte.
Aunque se desconoce la causa exacta del Lupus, se cree que una combinación de genes defectuosos y factores medioambientales están relacionados con la actividad de la enfermedad. Los factores medioambientales desencadenantes incluyen infecciones, antibióticos (especialmente de la familia de las sulfamidas y penicilinas), la luz ultravioleta (del sol o de los tubos fluorescentes), intenso estrés, determinados medicamentos y las hormonas.
Se cree que un 1% de la población puede tener Lupus en España, de los cuales el 90% son mujeres, principalmente entre 15 y 55 años de edad. Eso quiere decir que hay alrededor de 20.000 personas con lupus en España.
Cada persona diagnosticada de LUPUS es diferente. Pero, el impacto emocional que se sufre, que en algunos casos puede causar un fuerte cambio en la vida cotidiana. El desconocimiento de la enfermedad, la poca información, sobre todo en Internet, donde no toda la información es fiable. Y sobre todo hay que dosificar esa información, no intentar saber todo en tres días.
Cuando a una persona se le diagnostica de "Lupus eritematoso sistémico" (Lupus), parece que el mundo se le viene encima. La inmensa mayoría de la gente que ha oído hablar de esta enfermedad, piensa que es un proceso de consecuencias fatales, con graves complicaciones, y para la cual no hay tratamiento. Sin embargo, hoy podemos afirmar que un porcentaje elevado de los pacientes con lupus, van a ser capaces de llevar una vida absolutamente normal. Para los casos en los que la enfermedad se complica, la medicina actual dispone de los recursos suficientes como para mejorar su futuro.
El lupus es una enfermedad en la cual la inmunidad normal del paciente está perturbada. El paciente produce un exceso de proteínas sanguíneas denominadas anticuerpos, y éstas, directa o indirectamente, pueden ocasionar problemas en cualquier órgano del cuerpo. Por lo tanto, el lupus, en cierto sentido, es una enfermedad de la sangre. Estas proteínas pueden, por ejemplo terminar en la piel, causando una variedad de sarpullidos, pegarse a las paredes de los vasos sanguíneos, o depositarse en el riñón, el cerebro, los pulmones y las articulaciones.
Es importante entender que, salvo raras excepciones, todos los órganos afectados del cuerpo tienen enormes facultades de curación. La inflamación no tiene por qué dejar un daño permanente, si disminuye o se pone bajo control.